04-Julio-2009: Cascada de Domeño - Pantano de Loriguilla

Nuevo sábado que nos decidimos a salir de excursión. En ésta ocasión volvemos a intentar visitar la cascada de Domeño Viejo, pueblo ya desaparecido por la construcción del Pantano de Loriguilla, ya que en Pascua lo intentamos pero estaban en obras en la cercanía de la cascada y no pudimos acceder.
En esta ocasión no hubo problemas y pudimos acceder hasta la misma. En la siguiente foto se nos ve nada mas aparcar el coche y preparándonos para la aventura.
Aparcamos en el camino al lado de la cascada.

Así que comenzamos a acercarnos a la cascada, y nos encontramos con el primer obstáculo. El río Turia nos corta el camino. Así que seguimos el cauce buscando una zona más fácil para cruzarlo.Llegamos hasta la zona donde se unen el Rio Tuejar y el Turia, pero no había zona donde atravesarlo. De forma que volvímos por nuestros pasos y volvimos al camino inicial para cruzar el rio. En la siguiente foto se ve la zona por donde tuvimos que cruzar el rio con la cascada al fondo. Paula fue la más decidida y la primera en cruzar. A pesar de estar en el mes de Julio, el agua estaba completamente helada, y el dolor que entraba en los huesos de las piernas a los pocos segundos de entrar en contacto con el agua era insoportable. Nos armamos todos de valor, y aunque había bastante corriente, solo tuvimos el percance de la pérdida de una sandalia de Eva.

Rio Turia y cascada de Domeño al fondo

Así llegamos a la cascada, donde Eduardo y Paula se atrevieron a llegar a la misma base de la cascada. La misma cae desde una altura de 30 metros, y unos metros más adelante se une al rio Turia y al Rio Tuejar, que abastece al Pantano de Loriguilla, que luego visitaremos. La sensación de fresco y de falta de oxigeno en la base es total, y tanto Paula como Eduardo terminaron totalmente empapados. En la foto se observa la magnitud y belleza de la cascada.

Una vez disfrutamos de la cascada, que todo hay que decirlo, y es que no es natural, sino artifical, y de camino Paula, totalmente mojada, se hizo la siguiente foto de recuerdo donde se ve toda la cascada desde su inicio.

Paula con la cascada al fondo

Y así, de nuevo de vuelta hacia el coche, teníamos que cruzar de nuevo el helado río Turia, y a tener que soportar el dolor de huesos en las piernas. En la foto se ve a Eduardo y Vera terminando de cruzar el rio, con Paula , la más decidida, esperando. Eva volvió a perder la otra sandalia con la corriente.

Momento que cruzamos el río Turia

Una vez superados todos los peligros, regresamos al coche y nos adentramos por el camino de tierra en el Monte de La Sierra, donde tras varios kilómetros y tras atravesar el Área Recreativa Las Riberas, zona donde hace muchos años estuvimos de acampada, desmontamos nuestro kit de "domingueros" y comimos unos deliciosos espaguetis, y de postre, sandía.

Cerca del Area Recreativa Las Ribera comimos.

Después de comer, dimos un breve paseo por la zona, visitando de nuevo el rio, donde nuevamente nos congelamos los huesos, asi como subimos a un montículo donde había una especie de pozo de agua cerrado.

Recogimos todo y nos fuimos camino a casa, pero por el camino se nos ocurrió visitar el Pantano de Loriguilla. Esta Pantano se construyó en 1967, teniendo una capacidad máxima de 71 Hm cúbicos, y una extensión de 364 ha,pertenece a la Confederación Hidrográfica del Júcar. Cuando lo visitamos estaba a un 28% de capacidad. En la foto se nos ve desde el mirardor que se encuentra justo al lado de las compuertas del Pantano.

Vista del embalse

Pared de contención del Pantano

Una vez visitamos el embalse desde arriba, hay unos metros antes de llegar un camino de tierra que baja hacia la orilla del pantano, donde pudimos disfrutar, además de las bonitas vistas que nos deja el paraje, de un refrescante baño. El agua estaba muy buena y nada que ver con la temperatura del agua del río.

Y como no nos habíamos traído la pelota para jugar, utilizamos a Vera como pelota y nos la fuimos lanzando entre Paula y yo.

Y así llegamos a un fin de excursión divertidisimo y refrescante, donde nos hicimos la promesa de volver con colchonetas, que a modo de barco, nos permita adentrarnos algo más en este espléndido embalse.